Este documental es un retrato íntimo y nostálgico de lo que representa el fútbol amateur, pero no a través de los jugadores en la cancha, sino de aquellos que, muchas veces en silencio, se convierten en protagonistas esenciales: los árbitros y su dirigencia. Esta película nos abre las puertas a un universo singular dentro de la federación de árbitros, donde el tiempo parece haberse detenido. Cada rincón de este espacio, desde las salas de reuniones hasta las paredes de un verde desgastado, posee una magia peculiar, como si habitáramos una fotografía antigua que susurra secretos.
Estrenada en 2018 en salas chilenas y grabada a lo largo de cuatro años por la directora Lorena Giachino, esta obra, premiada en el FIDOCS (Festival Internacional de Documentales de Santiago, 2017), nos invita a adentrarnos en su relato con un respaldo que promete una experiencia única.
Aquí no encontramos glorias deportivas ni trofeos relucientes. Los héroes son personas comunes, tan reconocibles que parecen ser nuestros propios vecinos, primos o aquel amigo que vemos siempre en la esquina del barrio. A través de sus historias, nos encontramos con un Chile de otro tiempo, un país en el que la organización y el sentido de comunidad tenían un valor que hoy cuesta encontrar. Estos espacios de participación social, alguna vez tan valorados, ahora reflejan el desgaste de las décadas y el desafío que implica mantenerse a flote con recursos cada vez más escasos.
La historia sigue el viaje del directorio de la federación, quienes enfrentan el enorme reto de modernizar una institución con más de 90 años. No es una tarea sencilla; imagina convencer a una generación de cambiar las viejas maneras por nuevas ideas y paradigmas, con todos los choques que ello implica. Este es un auténtico enfrentamiento entre el pasado y el presente, entre la nostalgia y la necesidad de adaptarse. Cada diálogo y cada decisión adquieren un peso especial, revelando también algo mucho más amplio: el lento desvanecimiento de esas agrupaciones que, en algún momento, fueron la columna vertebral de nuestras comunidades.
Las conversaciones que presenciamos son tan simples como profundas. No hay discursos ensayados ni palabras rebuscadas; la honestidad y el sentido común son los verdaderos protagonistas. Verlos discutir temas actuales con las herramientas de antaño –sin aplicaciones, sin redes sociales, sin estrategias de marketing– le otorga un encanto especial a cada momento.
Y el fútbol, aunque nunca aparece directamente en pantalla, es la excusa perfecta para observar nuestras relaciones como seres humanos, nuestra necesidad de pertenecer a algo más grande. Las paredes verdes de la federación, llenas de recuerdos, risas y debates, nos hablan de un fútbol que no es negocio, sino historia; de un deporte que, en este contexto, se convierte en un espacio de encuentro y resistencia.
Aquí, lo importante no es arbitrar un partido, sino preservar el sentido de pertenencia. Sin filtros ni maquillaje, el documental nos lleva a ese rincón del alma donde muchos de nosotros comenzamos a amar el fútbol, cuando aún no importaban las estrellas ni los millones, sino la camaradería y el sentido de comunidad.
La puedes ver gratis en www.ondamedia.cl