En Brasil hizo “A marcha”, una cinta histórica sobre un abolicionista y su esclavo emancipado; “Pedro Mico”, sobre un ladrón carioca que robaba a los ricos para darle a los pobres; “Os trapalhoes”, clamando por sacar a los niños del robo y la violencia en las calles y “Solidao, uma historia de amor”, con un reparto estelar para contar la historia de un inmigrante portugués que llega a Brasil en busca de amor.
Hizo un par de cameos formidables. En “Mike Bassett”, una extraordinaria comedia futbolerabritánica, irrumpe en un salón justo cuando el técnico de la selección inglesa, en calzoncillos, baila sobre un piano. Y en su propia biografía, “Pelé” de los hermanos Zimbalist, aparece en el lobby de un hotel cuando los periodistas persiguen al actor que lo interpreta. Y “Una historia de futebol”, un cortometraje inspirado en la historia de un médico que integra el equipo donde se iniciaron en la competencia postuló a un Oscar como mejor cortometraje.
Pero la historia que mejor refleja el espíritu de Pelé no tiene que ver con sí mismo, sino que con su novia del 82, Xuxa, por entonces de 17 años y con un pasado en las películas eróticas. Una en particular, llamada “Amor extraño amor” provocó polémica, pues la rubia protagonizaba a una prostituta que intimaba con un chico de 12 años en el burdel. Al iniciar el romance y, sobre todo, al convertirse en “La reina de los bajitos” en un programa de televisión, Pelé inició una lucha frenética por sacar la película del mercado y acallar a Marcelo Ribeiro, el niño protagonista. Lo logró en casi todos los cines del mundo, aunque aún quedan copias y material en internet que recuerdan el escándalo.
Hoy, cuando todos recuerdan sus goles y sacuden la pugna con Maradona y Messi, bien valía la pena recorrer la historia del Rey en una cancha poco propicia: la del cine.
Por: Aldo Schiappacasse