¡Ah, el Club Yungay! Un rincón único y pintoresco donde el fútbol se convierte en algo más que un simple espectáculo. Mariano y Leonardo, dos almas inquietas y amantes del buen fútbol, tuvieron la genial idea de convertir lo que iba a ser un café en un refugio para los auténticos seguidores del deporte rey. ¿Y qué lo hace diferente de otros lugares? ¡Ahí está la magia!
Primeramente, te topas con un verdadero tesoro en exhibición: más de 1000 banderines de equipos provenientes de todos los rincones del mundo. Cada uno con su propia historia, sus momentos de gloria y hazañas que cuentan su propia epopeya. ¿Y cómo carajo lograron juntar semejante colección? Se embarcaron en una travesía por ferias, mercados, ciudades y hasta pueblitos, explorando lo más recóndito de Chile y, no te imaginas, también hicieron sus escapadas por tierras argentinas, uruguayas y peruanas.
Y ojo avizor, aquí no hay alharaca ni pirotecnia innecesaria. Ni pantallas gigantes acaparando toda la vista ni megáfonos estruendosos. Tampoco encontrarás luces titilantes que te saquen la atención de lo importante: esos banderines y fotos que relatan historias por doquier. Es como un llamado a ver el fútbol por lo que es en realidad, no solo un espectáculo, sino algo más profundo, algo que corre por las venas.
Ah, pero eso no es todo, aquí se le rinde pleitesía al fútbol chileno en toda su magnitud, no solo a esos equipos que acaparan los titulares. Los clubes de ascenso, los regionales y los amateurs tienen su rincón aquí, algo que no es moneda corriente en otros lugares que solo se fijan en los equipos que venden más prensa. Además, su ubicación en el corazón de Santiago le otorga un aire diferente, bien alejado de los lugares tradicionales de peregrinación futbolera.
Y ahora, ¿qué onda con esa preferencia por los equipos “chicos”? No es un favoritismo, es simplemente reconocer que la emoción y la tensión en el fútbol no tienen etiquetas. Aquí, el número 10 de un club amateur tiene el mismo valor que el de la selección. Y, ¿sabes? La gente se acomodó solita, los que solo venían a gritar se dieron cuenta de que acá hay mucho más.
Como si Mariano y Leonardo quisieran resucitar aquel fútbol de antaño, el que se disfrutaba sin el vertiginoso circo mediático actual. Es como un llamado a la autenticidad, a esos tiempos en los que el fútbol era puro y no estaba adulterado por los medios modernos.
Leo y Mariano
Lo que arrancó como un bar de fútbol ha ido tomando una dimensión más grande, tanto así que la palabra “museo” ha empezado a colarse en la descripción del lugar. Y les cuento, les ha gustado. Incluso tienen el ojo puesto en entrar al libro de récords Guinness con su colección. ¡Imagínate, algo que ni se les cruzaba por la mente hace apenas un par de años!
Mientras tanto, Mariano y Leonardo siguen sumando vivencias, anécdotas y banderines a su colección, manteniendo viva la llama de este rincón que promete ser mucho más que un bar de fútbol. ¡Qué hermoso ser parte de un proyecto que va más allá de lo deportivo y se convierte en punto de encuentro para los amantes del juego bonito!
No queda más que ir a visitarlos en Av. Portales 2601, Santiago Centro.
Instagram : @clubyungay
