Son las eliminatorias del Mundial de Alemania e Irán enfrenta a Bahrein en el Estadio Nacional de Teherán. En una jaula, lejos de las graderías, un grupo de mujeres han sido arrestadas porque la ley les prohíbe el ingreso al estadio. En el entretiempo son conducidas en un bus hacia las dependencias de la Justicia para ser procesadas cuando el chofer prende la radio justo en el momento del gol de Mohammad Nosrati que le da el triunfo a su selección. El hecho, real, se transformó en “Offside”, la celebrada película de Jafar Panahi, quien luego sería detenido por las fuerzas de seguridad de su país. Las mujeres recién pudieron ingresar a los estadios iraníes el 2018, en tribunas segregadas.
El rol de la mujer está nuevamente en el debate ahora que el mundial de va a Qatar. Y la lucha por sus derechos es uno de los tantos temas que son cuestionados en la decisión de la FIFA de cederle el mundial a ese país. Las mujeres en el mundo árabe siguen luchando por sus derechos y las películas que denuncian esa situación son muchas y de distinta índole, desde que “Persépolis” abriera una brecha para la expresión crítica de una cultura y una religión a través de la pantalla grande.
Sólo quisiéramos repasar tres obras realizadas en el año del mundial para abrazar esta causa. “The football aficionado” es un documental filmado durante cuatro años por Sharmin Moitahedzadeh y Paliz Koshdel, que narra la historia de Zhara, una mujer de 27 años que vive en Teherán y es una fanática del Persépolis, uno de los equipos más importantes del país. Para ingresar al estadio, que sigue siendo socialmente rechazado, decidió vestirse de hombre, en un intento que fue grabado y que se convirtió en viral, abriendo una nueva línea de lucha por los derechos femeninos en un año de sensibilización sobre el uso del velo públicamente, lo que ha significado protestas de todo tipo en las calles y en las redes sociales.
“Nadia”, documental realizado por Anissa Bonnefont, cuenta la historia de Nadia Nadim, quien huyó de Afganistán junto a su madre y cuatro hermanos luego de que su padre fuera asesinado por los talibanes en el año 2000. Se refugió en Dinamarca, descubrió el fútbol y llegó a ser delantera de las danesas y del poderoso PSG, para, al mismo tiempo, estudiar para convertirse en médica y participar de varias ONG que batallan por los derechos femeninos.
“Tala-vision” es un cortometraje de ficción desgarrador. Una niña de ocho años vive en un departamento destrozado por la guerra y amenazado constantemente por los ataques de Isis. Su único escape es ver los partidos por televisión, sobre todo aquellos donde juega Messi. Su padre, para protegerla de los terroristas -que prohíben la televisión occidental- termina arrojando el aparato por la ventana. Su único escape será un amigo, de su edad, que tiene un balón de fútbol.
Para derrotar esta realidad y otras que coartan los derechos femeninos en el planeta, terminemos con una visión más esperanzadora. Estrenado recién este año, el documental “Equal playing field” es la expresión de una labor que desarrolla una ONG que en el 2017 reunió a 30 jugadoras de 30 países diferentes para subir al Kilimayaro y descender al Mar Muerto con un objetivo: jugar, en una misma travesía, el partido de fútbol femenino a mayor altura geográfica y el más bajo jamás disputado. El objetivo es visibilizar una realidad que quedará otra vez expuesta en Qatar, donde, bajo el mismo cielo donde disfrutaremos otra copa del mundo las mujeres libran, día a día, su propia lucha.
Por: Aldo Schiappacasse